El riesgo de caídas de los pacientes afectados es cuatro veces mayor al de una persona con visión saludable. Con frecuencia no se perciben síntomas molestos o dolorosos, solo en el caso de un ataque agudo de glaucoma podemos notar que el ojo se enrojece y produce dolor intenso, que puede ir acompañado de náuseas, vómitos y visión borrosa. En este sentido la figura de nuestros Ópticos-Optometristas es muy importante ya que con la ayuda de un Tonómetro Digital de no contacto se toman medidas de las presiones intraoculares.
Un valor de presión intraocular (PIO) fuera de la normalidad requiere la remisión al Oftalmólogo, profesional sanitario competente para su valoración, diagnóstico y tratamiento.